Patrón: los patrones de comportamiento o pensamiento se modifican para llegar al resultado deseado en lugar de un resultado no deseado.

Los participantes que usaron el anclaje dieron discursos significativamente más seguros y persuasivos que los participantes que no usaron el anclaje.

Por ejemplo, si nos imaginamos logrando el resultado deseado, es possible que nos sintamos más seguros y motivados. Esto puede conducir a cambios en nuestro comportamiento, como tomar medidas para alcanzar nuestras metas.

Los participantes que usaron anclaje mostraron significativamente menos ansiedad que los participantes que no usaron anclaje.

Mejorar la comunicación: Los patrones de lenguaje se pueden usar para mejorar la comunicación al hacer que los mensajes sean más claros, persuasivos y memorables.

Presuposiciones son suposiciones que están incrustadas en el lenguaje. Por ejemplo, si alguien dice: «No puedo hacer eso», puede estar suponiendo que es incapaz de hacerlo, aunque en realidad no lo haya intentado.

Además se crea un hábito muy saludable que optimiza las variables de cada situación compleja a la que nos podamos enfrentar.

Reencuadre: Poner una situación en un contexto diferente para provocar una reacción adaptativa en lugar de seguir los mismos patrones de comportamiento desadaptativos.

Con esto se afirma check here que la conducta puede ser programada, siendo posible una mejor definición de nuestras características en busca de ser mejores y más efectivos en lo que realizamos.

Uso del tacto para ayudar a las personas a relajarse y concentrarse. Por ejemplo, un terapeuta podría colocar su mano en la frente de un cliente para ayudarlo a relajarse.

El tapping es una técnica de PNL que implica golpear suavemente ciertos puntos del cuerpo para liberar tensiones y reducir el estrés. Esta técnica se basa en la teoría de que los bloqueos energéticos en el cuerpo pueden causar estrés, ansiedad y otros problemas emocionales y físicos.

El anclaje se basa en el principio del condicionamiento clásico, que fue descrito por primera vez por Ivan Pavlov a principios del siglo XX. Pavlov descubrió que podía entrenar a los perros para que salivaran en respuesta a una campana tocando repetidamente la campana justo antes de darles comida.

Un claro ejemplo podríamos tenerlo en una colleja que le mete una madre a su hijo por haber hecho algo malo. Le está anclando/asociando negativamente el hacer algo mal, con dolor fileísico.

Este ejercicio sirve para alinear nuestros recursos internos, lo cual, puede llegar a ser muy potente.